¿Quién no ha tenido alguna vez problemas con la resolución de la pantalla?

En las pantallas de TFT actuales nos encontramos con que tenemos una resolución nativa única y, pese a que puede funcionar con otras, la calidad de la imagen se resiente bastante, no como en los monitores CRT (de tubo) antiguos.

Hoy me he encontrado con un ¿grave? problema.

Resulta que, harto de la miniresolución de mi ultraportatil Acer Aspire One, me decidí a buscar en las entrañas de las configuraciones de Windows, algo que me permitiese ampliar la resolución vertical de 600 px a al menos 768.

Pocas soluciones encontré y sí algo muy fastidioso, marqué que me mostrase todas las configuraciones posibles aunque no fuesen soportadas por el monitor. Tras un par de configuraciones erróneas marque la opción de mantener el aspect ratio y cambié la resolución, lo que me regaló un fantástico problema, toda la pantalla se puso azul y todo el contenido de la pantalla agolpado en unos pocos pixels que no me permitían distinguir nada y por tanto volver al estado original.

Reinicié el ordenador con la esperanza de que se solucionase pero nada, arrancaba bien pero al terminar cogñia la resolución elegida y por tanto se me chafaba el invento.

Tras un par de minutos de pánico en los que mi mente empezó a chapurrear ideas sin sentido, se me vino a la mente una solución que por simple, no se me había ocurrido antes.

Si te ha ocurrido algo parecido, sólo tienes que buscarte los drivers de tu tarjeta gráfica, bien en el cd que traía el ordenador, o bien en la web del fabricante. Una vez que los tengas situados sólo necesitas reiniciar el ordenador en modo «a prueba de fallos» o con configuración «VGA» de este modo cargará con una resolución muy baja, normalmente 800×600 y sin los ajustes propios.

Para arrancar en estos modos sólo tenemos que pulsar F8 durante el arranque y nos saldrá una pantalla negra con muchas opciones, de ahí seleccionamos lo que necesitemos.

Ahora que podemos ver nuestra pantalla sólo necesitamos hacer click con el botón derecho del ratón en Mi Pc y darle a propiedades, vamos a hardware, administrador de dispositivos y buscamos adaptadores de pantalla. Desplegamos el menú y seleccionamos nuestra tarjeta de vídeo (normalmente Nvidia, Ati, S3 o algo parecido), con el botón derecho le damos a desinstalar y reiniciamos el ordenador.

Cuando reiniciemos sólo necesitaremos reinstalar los drivers que hemos conseguido antes y ¡VOILÁ!