¿Os acordáis cuando las empresas y trabajadores se esforzaban y llevaban a gala la palabra PROFESIONALIDAD? Bien… eso ya no existe, o mejor dicho, es un «rara avis» en el mundo empresarial.
Yo no entiendo mucho de economía pero imagino que en un mundo empresarial tan duro y competitivo como el actual, con el azote de una crísis mundial a nuestras espaldas, la empresa que quiera seguir viva debe dar el 200% a su clientela. No olvidemos que el cliente es el que mantiene viva a esa empresa y sin clientes, ésta no tendría razón de ser.
Desde hace unos meses vengo sufriendo una serie de desagradables situaciones en las que determinadas empresas o empresarios dejan mucho que desear. No soy especialmente exquisito con mis pretensiones, no pretendo tener un trato de favor, simplemente quiero que se cumplan las condiciones pactadas.
Cuando se hace un contrato, ya sea por escrito o verbal, entre dos partes, se pactan unas condiciones que deben cumplirse porque de no hacerlo, estamos incurriendo en un incumplimiento de contrato.
No me importa esperar un día o dos pero me tienes que avisar antes de firmar el contrato, si hemos pactado hoy a las 5, es hoy a las 5, no el lunes a las 10. Si sabes que no te va a dar tiempo… no me digas hoy a las 5, dime que no te da tiempo y ya veré yo si me busco a otra empresa o si me interesa esperar un poco más, los engaños en los tratos comerciales son malos compañeros.
Primero fue Pixmania y sus malas artes, luego Chronoexpres con la entrega del Nexus4 y que hasta por tres veces me retrasaron el envío y no fue hasta que me quejé a los cuatro vientos cuando me dieron una solución. Luego fue una compra de un accesorio para el carrito de mi hijo a una «autónoma»; de lo que se acordó a lo que al final sucedió… más de 2 semanas y la devolución del dinero por imposibilidad de entregar la mercancia.
Ahora es @correos. Ayer, jueves 29 de noviembre a las 14:00 horas, me enviaron una carta certificada urgente. Antes de enviarla preguntaron en la oficina si estaría hoy en mi domicilio y le dijeron que sí, claramente, como se ha enviado antes de las 18:00 horas, estará sin falta al día siguiente en el domicilio receptor. De hecho, en su web aparece los siguiente:
Para aquellos envíos más urgentes. El envío de su documentación estará registrado y controlado, la entrega se realiza en domicilio y mediante firma del destinatario en 24 horas (promedio según origen/destino) cuando los envíos se han depositado en oficinas antes de las 18.00 horas, y antes de las 19.00 horas en unidades de admisión masiva para clientes con contrato.
Se puede realizar un seguimiento del envío a través de la página web de Correos o teléfono, preparar los envíos desde el ordenador, y complementarlo con Aviso de recibo, Seguro o Carácter urgente.
Bien es cierto que pone «promedio según origen/destino», pero, ¿qué significa eso?, que se lavan las manos si no llega. ¿Por qué me dices que seguro que llega y luego te acoges a ese promedio?, ¿Por qué me cobras el plus por ser urgente y luego llega igual que si fuera normal?
Si haces el envío por carta certificada a secas, te sale un precio de 4,26 € mientras que si añades la opción urgente, el precio se va hasta los 6,62 €. Hemos pagado algo más de un 55% del precio original para que llegue antes y al final no sirve para nada.
No lo entiendo, aquí la cuestión es trincar cuanto más se pueda y al cliente, que es el que te da de comer, que le den por culx.
Por cierto, gracias a todos por estar ahí, esta es la entrada número 1.000 de este humilde blog.
Buf, dónde hay qué firmar? Yo me tengo por una persona tranquila, hasta huevona si me apuras, y llevo un año con este tipo de cosas que ya no paso ni una:
– En noviembre de 2011 compro una mesa para casa. Después de hacerme pagarla antes de traerla a casa ‘para evitar picaresca’, me encuentro con que los montadores la rompen, me rayan el suelo e intentan hasta tres veces engañarme volviendo a traer la misma mesa rota repintada. Para cuando me traen una nueva es ya enero de 2012.
– Me cambio de operador de cable a los 20 megas de ADSL Vodafone a 29,90 al mes. No contentos con no llegar a 4 megas de velocidad real, me giran un primer recibo de 90 euros! Pido el reintegro, me doy de baja por incumplimiento de contrato, y siguen hasta tres meses girando recibos mensuales con cantidades aleatorias: 2,20 euros, 25 euros, 80 euros… La cosa no acaba hasta que no les pongo una traba en el banco.
-Se le inunda el piso a una vecina y de paso se inunda también el mío. El suelo de parquet de dos habitaciones se levanta entero por lo quehay que arrancarlo, ponerlo nuevo y volver a acuchillar todo el piso. El seguro de la vecina, Caser, se desentiende, por lo que reclamo ante el mio, Lagun Aro. Tambien se desentiende, acaba notificandome… POR SMS!!! de que me ingresa una cantidad equivalente al 40% del presupuesto de reparación más bajo de los que me presentan. Entre reclamaciones, contrareclamaciones etc. me paso desde febrero hasta noviembre con la casa desmontada y el suelo reventado…
– Finalmente vienen a arreglar el suelo. No sanean bien la parte de madera afectada por la humedad y, a la semana de la obra (que conlleva desmontar todos los muebles de casa, irte fuera una semana…), el suelo nuevo empieza a presentar manchas de humedad…
-Cambio de movil y pido a Simyo una microsim en lugar de mi SIM. Me desactivan la SIM mientras me llega la nueva, pero dan ese mismo número de teléfono a la mensajería que me trae la tarjeta. Además, le dan mi antigua dirección de casa en la que hace 4 años ya que no vivo, a pesar de que la operadora me pide la actual… total, una semana sin línea con el mensajero perdido por ahí intentando entregarme la tarjeta en una dirección que ya no es la mia…
Y así todo el rato. Yo lo qu eno entiendo es que, si hago mi trabajo tan mal, me como una bronca del 12, pero por lo visto otra gente vive bieeeen tranquila.
Bueno, algo he aprendido de todo esto: al primer problema reclamación por escrito, y haciendo todo el ruido posible en redes sociales etc. Por lo menos derecho al pataleo!
EN fin, ánimo.
Joxe
La profesionalidad sigue existiendo, pero no es rentable.
Como pequeño empresario te puedo decir que si sobrevivo en un mercado tan globalizado como los electrodomesticos es porque somos profesionales y queda gente dispuesta a pagar un buen trabajo aunque sea a un precio superior a la media del marcado. Pero yo me quedo sin clientes, y es porque mi clientela envejece y no se renueva.
Tengo 28 años y te puedo decir que pocos clientes de nuestra generación están dispuestos a pagar un precio mayor por un electrodomestico de calidad superior y que a la larga les resulta más rentable, somos la generación del móvil, se nos rompe una tecla y cambiamos de móvil, no se nos pasa por la cabeza si tiene reparación o nos parece normal que un producto se sustituya porque no tenga reparación. Yo fabrico termos electricos de agua igual que en los años 50, el agua no ha cambiado y el calor tampoco. No hay grandes innovaciones que hacer más allá de las adaptaciones a la normativa que va apareciendo y a los proveedores que van quebrando y en mi caso puedo asegurarte que algunos de mis mejores proveedores han quebrado por lo mismo que yo estoy al borde del precipicio, por ser demasiado buenos.
A mi me compran principalmente los fontaneros, y a parte de que a la mayoria el oficio no les motiva nada, hay una gran cantidad de «profesionales» jovenes a los que les interesa más colocar productos de baja calidad que se rompen en plazos más cortos de tiempo y les garantizan una cierta asiduidad de trabajo a lo largo de los años que productos de mayor calidad que amplian mucho el tiempo en que van a necesitar de sus servicios.
Por ejemplo: Puede que hayas leido o escuchado bromas sobre mi famosa chapa de 4 milimetros, en mi caso es el alma de mi producto, lo que hace que deba ser sustituido cuando falla, pues bien, el agua se come esa chapa, si es de 4 milimetros el fontanero va a tardar el doble de tiempo en volver a la casa para hacer el cambio de aparato y cobrar su mano de obra que si la chapa es de 2 milimetros. El problema se acentua cuando el cliente pide varios presupuestos y se encuentra con que hay una oferta mucho más barata que la otra, que se guía por el precio, que suele ser lo habitual. al final el fontanero malo se lleva el trabajo y el bueno acaba engrosando las listas del paro.
En el caso de las grandes empresas ser profesional no es estadísticamente necesario. Las quejas reales no suponen un gasto significativo sobre el total de los ingresos y el consumidor habitual tiene una memoria muy corta y olvida los problemas cegado por el precio más bajo. Hacer las cosas mal es rentable si tu volumen de consumidores es muy grande.
Me estoy enrollando de una manera brutal y mientras escribo estás lineas mi pareja se ha despertado. Definitivamente no se escribir.
[…] Profesionalidad de Correos […]
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