El futuro siempre causa cierto recelo en la sociedad, futuro significa desconocimiento de lo que va a venir, incertidumbre y miedo a lo desconocido. Hace unos años la palabra internet era sinónimo de desconocido e inseguridad, internet era una ciudad sin ley en la que los maleantes y hackers campeaban sin control.

Pero el tiempo pone a cada uno en su lugar, hoy día, internet es un lugar tan seguro o más que tu propio domicilio. Diría que es más fácil entrar a robar en cualquier casa que en un servicio web y es más fácil dar un golpe en una sucursal bancaria que en su sitio web.

Puede parecer que internet es un lugar en el que se puede hacer lo que se quiera sin peligro a ser «cazado», se tiende a pensar que es un sitio totalmente anónimo en el que no queda rastro de nada pasados unos minutos… nada más lejos de la realidad. Internet es un lugar hipermonitorizado en el que cada conexión lleva un «nombre y apellido». Cada acción que realizamos queda registrada gracias a nuestra ip y, en caso de necesidad, podemos tirar del hilo hasta llegar al final.

Además de esto, siempre que realizamos una transacción en internet, la web que vemos está protegida, está encriptada, de modo que nadie pueda ver los datos que se están enviando. En un intercambio de información sin encriptar, alguien que esté en la misma red podría ver los datos que se están enviando, lo que compromete mucho la seguridad pero en los que se usan cifrados como el TLS, esos datos están a salvo de miradas indiscretas.

Para que os hagáis una idea de lo seguras que son las actuales encriptaciones de 256 bits, necesitaríamos el ordenador más potente de la actualidad y ponerlo a trabajar a pleno rendimiento en el mismo instante que se produjo el Big Bang, aún estaríamos esperando a que nos descifrase la clave.

Es por esto que tanto hacer una compra por internet, una transferencia o jugar en un casino online, es totalmente confiable. Si el sitio tiene el candado de encriptación y usa el protocolo https, podemos dedicarnos a disfrutar y jugar de una manera relajada ya que la seguridad que nos ofrecen es magnífica.

Durante muchos años estuve trabajando en la parte de banca electrónica de una caja de ahorros y siempre recuerdo el ejemplo que nos puso el formador cuando dábamos los cursos de seguridad web.

Es infinitamente más peligroso darle la tarjeta a un camarero en un bar que meter el número en una transacción a través de internet.

Si me apuráis, en caso de querer echar un rato en el casino, es más cómodo y seguro hacerlo desde nuestro ordenador en casa que ir a un casino físico y pagar con tarjeta. Ya no vale como excusa para no participar en uno, eso de que no son seguras las transacciones online.

Está claro que no podemos descuidar la seguridad informática pero tengo clarísimo que el eslabón más débil de la cadena es el usuario y antes violarán nuestros datos por falta de formación o descuido nuestro que por hackear nuestras claves o una web.