Esta frase que parece sacada de un serial, encierra una gran verdad o un hecho real que podemos encontrar en multitud de ambientes en la vida real.
¿En qué consiste eso de morir de éxito?
Podríamos definirlo como algo que provoca la muerte de un proyecto a posteriori cuando a priori podría pensarse lo contrario.
Reconozco que le definición es bastante mala, me explicaré un poco mejor. En informática o más concretamente en internet hay un efecto llamado “efecto Digg” o concretando en España, “efecto Menéame”. Este efecto se conoce como el aluvión de visitas que recibe un blog o una web al haber sido publicada una noticia en estas webs citadas. Lo que provoca este efecto es que en webs o blogs que no están suficientemente preparados es que la masiva afluencia de público consuma el ancho de banda del sitio y éste deje de ser accesible.
Si traducimos esto a la vida real, podríamos decir que cuando una empresa, un negocio o cualquier otra cosa que crece demasiado rápido sin que su base crezca en la misma proporción, llegará un momento en que esa base no pueda sustentar lo que tiene encima.
Cuando un negocio crece demasiado sin estar asentado se produce la circunstancia de tener que ampliar la inversión, ya sea en personal o en recursos, para seguir creciendo o para intentar aprovechar ese éxito repentino, el problema es que cuando esa afluencia de público no se mantiene en el tiempo, la inversión realizada es superior a los ingresos futuros; pongamos un par de casos prácticos.
Un bar que de buenas a primeras empieza a ponerse de moda, la afluencia de público crece mucho y se necesita invertir en personal y en modificaciones del local, si esa afluencia o moda se alarga en el tiempo, llegará un momento en que esa inversión se recuperará con los ingresos pero si esa moda se va tan rápido como llegó, habremos invertido en vano.
Otro caso común, una empresa de cualquier tipo, por ejemplo de artes gráficas, recibe una gran demanda de una tercera empresa que la pone en la tesitura de elegir entre renunciar a una gran cantidad de negocio o invertir en maquinaria y personal, si opta por lo segundo y una vez acabado ese trabajo no se le requieren más trabajos de esa naturaleza, habrá tirado la inversión.
¿A qué viene todo esto?
Pues viene para concienciar al personal que en los negocios de la vida real como en los de internet, hay que sopesar muy mucho los pros y los contras de la decisión de crecer rápidamente. Muchas veces pensamos que crecer mucho rápidamente es mejor que crecer lentamente. En el caso de un blog es algo fácilmente plausible, si nos empeñamos en ser Eduardo Arcos, Enrique Dans o Ricardo Galli desde el primer día de vida de nuestro blog y pensamos que enviando todos los días noticias a Menéame o haciendo spam conseguiremos muchas visitas, nos estaremos equivocando. De poco sirve que un mes consigas 100.000 visitas y tengas que multiplicar el ancho de banda de tu blog (con el consiguiente gasto) si todo ha sido producto del marketing y el contenido es insustancial, esas visitas no volverán, tendrás un blog sin visitas y un ancho de banda bestial desaprovechado.
Moraleja, no siempre gana la liebre a la tortuga.