Durante algunos años de mi niñez, cuando las televisiones privadas hicieron su apoteósica aparición, los niños nos emocionábamos y nos quedábamos embobados ante nuestras vetustas pantallas de tubo de imagen con series como Bola de Dragón, Campeones, Supergol…
Pero había un programa que realmente nos embrutecía, la W.W.F., la World Wrestling Federation o Pressing Catch.
Eran los años en los que el wrestling no se llamaba WWE, ni Smackdown, ni Raw porque Adena aún no le había obligado a cambiar sus siglas. Eran años en los que nuestros ídolos no eran ni Batista ni John Cena, en aquella época, The Undertaker (el enterrador para nosotros) se hacía acompañar por un ridículo tipo bigotudo conocido por nuestros queridos comentaristas como Pablito Terrores.
Eran años en los que Tito Santana, El Último Guerrero o Hulk Hogan hacían nuestras delicias en las mañanas de sábados y domingos, justo antes de Humor Amarillo… que tiempos.
¿Por qué recuerdo ahora todo esto? Pues para escenificar la inocencia de un niño, para nosotros todo aquello era real, de verdad Terremoto Earthquake casi aplasta a un agónico Hulk Hogan antes de que a éste le entrase su baile de San Vito y derrotase a los malvados. Y que decir de El Último Guerrero, el sucesor de Hulk…
La inocencia infantil que en aquellos años nos hacía creer lo increíble, ha desaparecido, los niños de hoy en día son mucho más espabilados de lo que éramos nosotros, es triste pero es la realidad que les ha tocado vivir.
En mi época, cuando la Atari 2600 era la reina de las consolas, estas eran conocidas como el tercer canal, era un canal donde se podía jugar… ¡Increíble!
Cuanta añoranza de los tiempos pasados.