Aunque siempre ha sido así, en los últimos tiempos, la evolución de la informática, avanza vertiginosamente, rara es la semana que no sale una gráfica más potente, un procesador de x núcleos o una ram infinitamente más rápida que la anterior.
Estar a la última en el tema de hardware es además de imposible, extremadamente caro, un dispositivo que se lanza al mercado supone desembolsar una cantidad demasiado alta para el común de los mortales, no obstante, según van pasando los meses esos precios se desploman y su adquisición resulta bastante asequible.
Por otro lado nos llegan una serie de componentes que no son de ultimísima generación con precios muy competitivos, es común encontrar un portátil medianamente aceptable para un uso cotidiano por menos de 500 €.
Entre una opción y otra hayamos la virtud, los que se decanten por la primera serán unos eternos insatisfechos ya que la última gráfica o el más potente de los procesadores deja de serlo cuando sale uno nuevo, por norma general un par de semanas o un mes como mucho y ya no será lo mismo.
En contraposición se encuentran la gran mayoría, los usuarios de a pie que compran sus pcs o portátiles en grandes superficies y a los que la cantidad de gigas del disco duro, la cantidad de ram y el monitor de más pulgadas le importa más que si el disco duro es de mayor o menor calidad, si la ram es más o menos rápida o si el monitor tiene una frecuencia de refresco de 2 minutos.
En estos últimos son en los que me voy a centrar, habitualmente suelo dedicarme a arreglar ordenadores en mis ratos libres, la mayoría de veces son simples formateos y poco más pero en los últimos dos meses he tenido un altísimo porcentaje de errores de hardware.
Tres equipos con el HD destrozado, uno con la ram hecha picadillo, dos fuentes de alimentación quemadas y un micro a la parrilla.
¿Realmente nos están ofreciendo algo de calidad esos equipos tan baratos?
¿Sale rentable gastarse 400 € en un portátil y que a los 3 meses tengamos que cambiar el disco duro y perdiendo toda la información?
Creo que debemos invertir un poco más en elementos como la refrigeración o la fuente de alimentación y desechar algún que otro giga de memoria que luego no vamos a utilizar.