Ya hace bastantes días que el ciclón Feria pasó por Coria del Río dejando tras de sí numerosos destrozos tanto personales (noches en vela) como materiales.
Nuestro alcalde, el sr Franco (curioso apellido para un alcalde del PSOE), se vanagloria en su folletín de haber conseguido una maravillosa feria, todo ha salido, según sus palabras, a pedir de boca.
Desde mi punto de vista, el sr Franco tiene una curiosa y distorsionada versión de la realidad, desde su poltrona no se ha “coscado” del niñaterío, los ruidos, vomitonas, consumo masivo de drogas y alcohol, destrozo de vehículos… que dejaba día a día nuestra querida feria.
Dejando a un lado este tema, simplemente es necesario un ligero paseíto por el recinto ferial un par de días después de la feria, para darse cuenta que no todo ha salido a las mil maravillas. El canal se encontraba atestado literalmente de basura, cajas de gambas, balones de tómbola, sillas, botellas… y hasta una ristra de chorizo (ver imagen adjunta). Las cañerías que se encuentran en el recinto ferial y que surten de agua corriente a las casetas se encuentran picadas o abiertas y hoy, día 4 de octubre, aún sigue saliendo agua de las mismas, teniendo en cuenta la crisis económica e hidrológica, ¿no serías lógico intentar cortar esos salideros de agua?
Por no hablar de que algunas casetas tenían wc que desembocaban a través de unas tuberías en el mismísimo canal a la altura del suelo ferial, es decir, si una persona hacía sus necesidades en dichos servicios, al tirar de la cisterna, los desechos caían al canal desde una altura de tres metros aprox, como quiera que el canal va en su mayoría seco, los deshechos quedaban al aire hasta que nuestra querida Luna hacía que subiera la marea y se llevara toda la porquería, no sin antes darles un paseíto canal arriba.
Para ir terminando, me pregunto si es tan complicado llevar un control un pelín más exhaustiva de las medidas sanitarias mínimas y clausurar aquellos servicios que no reúnan un mínimo de seguridad.