Sólo por el nombre del post podría parecer lo que no es pero he de decir que he sufrido más de 5 meses de quebraderos de cabeza por culpa de este plugin de WordPress.
Una de las principales ventajas del podcasting es que mediante una suscripción al feed del programa, el usuario no tiene que estar pendiente de cuando hay un episodio para descargar, los diferentes programas que se usan al respecto se encargan de hacer todo el trabajo, buscan las actualizaciones y descargan el audio correspondiente.
Cuando un podcast publica un artículo junto con su audio, en el que se explica de que va el episodio, ofrece información adicional o cualquier otra cosa, el programa que se encarga de descargar esos audios omite todo esta parte del post y sólo se encarga del audio, mientras que los lectores de feeds como por ejemplo el Google Reader, si que tiene en cuenta toda esa información.
El caso es que desde hace unos meses me encontraba con el problema de que cuando me suscribía a mi propio podcast, Droidcast, el programa con el que gestiono las suscripciones a los diferentes podcast no me detectaba el audio y por tanto no podía descargarlo automáticamente. Esto me obligaba a editar el feed del podcast y poner directamente el feed del sitio donde se almacena el audio y de este modo mi programa (y todos los demás) si que detectaban el audio pero por contra perdía la oportunidad de que la gente que estaba suscrito al feed y que usaba programas como el Google Reader, leyera toda la información de los post de los episodios así como los posts que no tenían audio.
Por fin me he dado cuenta de cual era el problema, el plugin Microaudio era el encargado de montar todo este galimatias. Este plugin era un sencillo, liviano y minimalista reproductor en flash que permitía escuchar el podcast directamente desde el blog.
Este plugin enmascaraba el archivo de audio y por tanto el gestor de podcast no detectaba que el post era un audio sino que “entendía” que sólo era texto. Por eso decía que era un plugin antipodcasters.