Quizás recordéis el post tan polémicos en el que unos defendíamos la igualdad de derechos en las cofradías frente a los de “las mujeres a la plancha”, y este otro en el que decíamos que el Cabildo para decidir si podían salir nazarenas en la Penas de San Vicente, tendría lugar el próximo 19 de junio.
Bueno pues me ha llegado una carta de la Hermandad en la que anuncian que las mujeres nazarenas podrán hacer su estación de penitencia en 2010. Esto es lo más importante y está por encima de las formas, que ahora comentaré.
Según dice en la carta que he recibido, la Hermandad tenía previsto revisar este tema en su candidatura pero no había un movimiento claro en torno a este tema, después de la “movida” de la pasada Cuaresma, han enviado a “Palacio” un estudio al respecto y desde el Arzobispado han dado el OK.
Me hace mucha gracia el párrafo en el que dicen textualmente:
Esta Junta de Gobierno quiere dejar claro que esta decisión no es un derecho que le otorga al colectivo de hermanas, sino un derecho que les reconoce en función de las normas establecida por la Autoridad Eclesiástica y otras normas del ámbito civil…
Por Dios y por todos los santos, ¿un derecho que le otorga las normas establecidas?, ¿qué normas?, ¿Las Normas Diocesanas de 1997?, ¿1997?, estamos en 2009 y desde hace 12 años era ilegal no dejar participar en el cortejo a mujeres, 12 años de injusticia, 12 años si nos atenemos a esas normas, realmente ha sido una injusticia desde el mismo momento en que se hace distinción de sexo, es decir, desde el principio de las cofradías.
Reitero que lo más importante es el FIN y en este momento importan menos los medios pero es altamente desagradable la forma en que han decidido esto, llevan 12 años de injusticia y pidiendo igualdad y cuando sale el tema en un medio de comunicación y se levanta la polvareda que se levanta, deciden que habrá cabildo, pero antes de que tal cabildo tenga lugar, deciden decir que sí, que salgan nazarenas…
Ha faltado que digan… vais a salir de nazarenas pero porque yo quiero no porque me obligue un cabildo.