Desde hace unos años prácticamente no veo la televisión en directo, casi todo lo que veo me lo bajo de internet para verlo cuando yo quiero y no cuando quieran los de las televisiones.
Obviamente comparar las series americanas con las españolas es como comparar la ginebra Larios con la Bombay Saphire, no hay color. El caso es que me he enganchado a… ¿docenas? de series entre las que están Perdidos, Héroes, House, Mujeres Desesperadas, Mujeres en Manhattan, Jericho, el Mentalista… y alguna que otra española como la Familia Mata, Aida.
Como dije antes, las series, las veo cuando quiero tras descargarlas de internet y a veces se me acumulan varios episodios que devoro con ansiedad cuando tengo un par de horitas libres.
El pasado sábado disponía de varias de estas horas de asueto y me dispuse a revisar la carpeta de descargas del torrent, observé varias de las series americanas comentadas y dos series que no había empezado a ver aún (y sigo sin empezar), el Doctor Mateo y Águila Roja.
No voy a criticar estas dos series sin haberles dado el beneficio de la duda pero me ocurre una curiosa circunstancia, no me creo a sus actores, no es que sean malo o buenos, simplemente no me los creo.
Tengo tan encasillados a actores como la Choni en los Serrano o al tío Julito en la mítica Médico de Familia que verlos ahora en papeles tan distantes se me hace demasiado raro. Lo mismo me ocurre con Gonzalo de Castro, Gonzalo en 7 Vidas.
Por ese mismo tema es por el que la genial Carmen Machi ha dejado la grandiosa serie Aída, me imagino que temerá caer en el tópico y que tras 7 Vidas y Aída, no quiere que siempre la encasillen en la chacha graciosa.
No se que solución podrá tener este tema pero la verdad es que es un hándicap difícil de superar.