Miedo me da llegar a los 70, ni siquiera llego a los 30 y ya me siento un cascarrabias, no se si es que estoy envejeciendo mucho o el mundo se está volviendo loco al mi alrededor.
La noche de fin de año me la pasé despertándome a las horas en punto como si tuviese un reloj de cuco en mi mesilla. Unos “sobrios” jovenzuelos se encargaban de salir fuera de su casa de botellona navideña a avisar a sus amigables vecinos de que una nueva hora del nuevo año se había consumido, como si de campanadas se trataran, fueron tirando sus minibombas (eso no eran petardos) cada cierto tiempo entre cubata y cubata.
Hoy, cuando llegaba de trabajar en torno a las 16:00 de la tarde, he podido contemplar una bonita y navideña estampa, junto al canal del río Pudio se encontraba un amantísimo padre de unos 40 años junto a los que supongo que eran sus hijos, dos preciosos niños de unos 5 y 9 años.
El caso es que este padrazo les estaba enseñando a sus hijos a tirar petardos, unos buenos petardos, como “de a 5 duros” que decíamos antes. Su papá les mostraba el camino de la felicidad consistente en quemar pólvora, primero él cogía un petardo, un mechero, le prendía fuego, esperaba unos segundos y luego lo lanzaba para ver ese destello tan maravilloso.
El caso es que me quedé un rato mirando en un sitio estratégico y observé como ese padre reprendía al mayor de sus hijos por la duración de la espera entre que se enciende el petardo y que se lanza. Todos podríamos pensar que ese padre, padre al fin y al cabo, le decía a su vástago que lanzase el petardo rápido con el fin de que no le explorara en la mano, pero nada más lejos de la realidad, le decía que aguantara más tiempo con ese arma en sus pequeñas manos, que si lo tiraba tan pronto, ese petardo caería al suelo muy rápido y no quedaba tan bonito, si esperaba un par de segundos más podría ver como estallaba al contacto con el suelo.
Puede ser que sea un viejo prematuro, que a mis 29 años tenga el pensamiento de un miembro de pleno derecho del IMSERSO, pero me da igual, jamás dejaré o al menos no alentaré a un hijo mío a tirar petardos de ese calibre y menos aún aleccionarle en el tiempo de espera que tiene que haber para que el petardo explote a su debido tiempo.
Si ese niño se retrasa un poco más de la cuenta y le explota ese petardo en las manos… ¿Quién es el culpable?, ¿Quién es la victima?…
Luego esos padres son los que van al “cole” de su niño a pegarle un puñetazo al profesor de su niño porque ha castigad sin recreo a su niño sin merecerlo. Eso es motivo de un puñetazo pero su niño se puede quedar sin una mano por semejante tontería
En realidad creo que casi todos los que escriben en este foro de opinión soy unos maleducados y seguramente unos salvajes, como podéis escribir tantas chorradas, la policía local de Valencia a tomado una iniciativa que tenemos que apoyar todos y felicitar porque por el mero hecho de que dos agentes se desplacen unas horas a enseñar y prevenir a los niños sobre la utilización de los artículos pirotécnicos, no se deja nunca de perseguir a los ladrones y gentuza como dicen ustedes, la labor de esos agentes es muy buena y no hay que tirarles por tierra como muchos indocumentados quieren hacen en sus escritos, a mi entender se seguro que estos individuos maleducados no son valencianos y si no les gustan nuestras costumbres y tradiciones centenarias que se vallan de valencia a su tierra por que aquí están de sobra.
VISCA VALENCIA I EL FOC.
???? creo que has escrito donde no debías, me imagino que te has confundido porque haces referencias a cosas que aquí no han surgido como lo que dices del policía.