Todavía recuerdo con cariño esos gigantescos castillos de ecuaciones de la escuela, era uno de mis ejercicios favoritos. Todo esto viene porque zapeando la otra noche me encontré con uno de esos típicos concursos que ponen a horas intempestivas en la tele.
Fijándose un poco podemos ver que el problema está mal planteado ya que faltan algunos paréntesis.
Podemos resolver el problema de dos modos distintos y veremos como el resultado es tremendamente distinto, en primer lugar nos da 106 y en segundo lugar nos da -11.
En la primera opción vamos a ir operación por operación, sin importarnos lo que viene después, voy a ir numerando las operaciones:
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Hacemos primero el paréntesis, 3×7=21
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21-9=12
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12×2=24
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24:3=8
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8+4=12
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12-2=10
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10+18=28
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28-3=25
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25×3=75
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75-7=68
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68-15=53
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53×2=106
Ahora lo haremos del segundo modo, agrupando las operaciones:
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Hacemos el paréntesis, 3×7=21
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Ahora haremos el segundo grupo que correspondería a –9×2:3=-6, que se lo restamos a 21, es decir, 21-6=15
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En la suma y la resta no importa que haya paréntesis por lo que hacemos la operación directamente, 15+4-2+18=35
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Ahora agrupamos el -3×3=-9 y se lo restamos al 35 anterior; 35-9=26
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26-7=19
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Ahora el último grupo, -15×2=-30, se lo restamos al 19 anterior y nos da el resultado final; 19-30=-11
Se puede observar la diferencia entre ambos resultados (106 y –11), es más que considerable.