En tiempos de crisis uno puede llegar a perfeccionar su conocimiento de Excel hasta cotas insospechada, ya no echamos (yo al menos no) las cuentas con papel y lápiz. La pasada noche la dediqué a reorganizar y optimizar los gastos, repasando las facturas me topé con la de EMASESA, empresa encargada del abastecimiento de agua en mi localidad. Observando detenidamente observo varias cosas.
En mi vivienda vivimos dos personas y una perrita aunque ella no computa en la factura ;). El consumo de agua se ha reducido un 16% de media respecto al año anterior, hemos pasado de 220 l/día a los 185 l/día.
Del total de la factura que tengo delante, una cualquiera, sólo el 31,28% es destinado al abastecimiento, pero no sólo al agua física que corre por nuestros grifos, dentro de ese coste está la depuración del agua, el vertido de ese agua y hasta tres cánones variables en función del consumo además del iva, el resto son cuotas fijas que habremos de pagar consumamos o no, consumamos mucho o poco.
Dicho de otro modo, si reducimos nuestro consumo a la mitad, nuestra factura no se reducirá tanto. Veamos un caso práctico.
Si nuestra factura asciende a 67,77 que es lo que acabo de pagar, pagaríamos 21,2 de gasto de consumo y 46,57 en gastos fijos. Si reducimos nuestro consumo a la mitad, pagaríamos de factura 57,17. Nuestra factura se ha reducido sólo un 15,64% mientras que nuestro consumo se ha reducido un 50%.
Creo que esto no es una buena arma para alentar al consumidor a reducir su gasto de agua, no nos tocan el bolsillo y eso es un problema. Deberían bonificar muchísimo más el ahorro de gasto.