Fernando y la fortuna han obrado el milagro, tras un prometedor comienzo del fin de semana donde Fernando marcaba los mejores tiempos en los libre, nos tuvimos que bajar de la nube en la clasificatoria al no poder clasificar, pero hoy, bajo las luces de Singapur, Alonso ha vuelto a hacer los pajaritos y se ha subido a lo más alto del cajón.
Los problemas en la bomba de la gasolina hicieron que Alonso no pudiera ni optar a clasificar en la Q2, quedando posicionado en el puesto 15. Todos los sueños que presagiaban un buen papel del guaje en este nuevo trazado se esfumaron.
La estrategia inicial era todo lo contrario a lo esperado, decantándose por tres paradas en vez de una con un primer stint muy corto con neumáticos blandos y los dos restantes con duros.
Viendo que en la primera vuelta había ganado tres posiciones y que no podía con Nakajima, optaron por cargar más gasolina en ese primer reportaje y hacer dos paradas en vez de tres.
En ese momento la suerte se alió con Fernando por primera vez esta temporada y justo después de salir del pit, salió el primer Safety Car. A partir de aquí, el asturiano ha sido el piloto más rápido y constante y consiguió el tiempo necesario para poder aguantar en la primera plaza hasta la salida del segundo Safety, hasta ese momento llevaba una gran ventaja a Rosberg que se vio reducida a nada por este hecho. Cuando el coche de seguridad se retiró todo volvió a la normalidad, Alonso volvía a ser el más rápido y se permitió el lujo de sacar 7 segundos a los perseguidores en sólo tres vueltas, en las ocho vueltas restantes simplemente tuvo que regular.
En resumen podemos admitir cierta suerte por el Safety pero lo más importante es reconocer la valía del español y el buen comportamiento del R28 por primera vez en la temporada, sin el Safety no hubiera ganado pero estoy seguro que hubiera luchado por el podium sin problema.
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