Tal y como prometimos vamos a empezar con la serie Salvemos Gaia con unos consejos para ahorrar el preciado combustible de nuestros coches.

Mucho más allá del comunicado que ha emitido el gobierno en la última semana en el que se decía que iban a rebajar un 20% la velocidad en las entradas a las ciudades y las rondas de circunvalación para ahorrar combustible, lo que vamos es a razonar como ahorrar combustible.

Hasta ahora se nos ha dicho que para ahorrar combustible debíamos seguir una serie de pautas, tener una presión adecuada en los neumáticos, tener el filtro de combustible en buen estado, no pegar acelerones, conducir con suavidad… todo esto está bien pero lo más importante de todo es llevar las ventanillas cerradas cuando se circula a más de 60 km/h y ser razonable con lo que se aprieta el acelerador, no me refiero metafóricamente a ir más lento, me refiero a pisar menos el acelerador literalmente y luego explicaré por qué.

El tema de las ventanillas es un motivo puramente aerodinámico, a una velocidad inferior a 60 por hora, la incidencia del viento es mínima con respecto a llevarlas cerradas, pero a medida que sube la velocidad, la importancia de este dato se multiplica.

Lo de pisar el pedal del acelerador de forma responsable se explica del siguiente modo:

Más que la velocidad a la que vamos, que también, lo que importa en el consumo es la carga que lleva el acelerador, si pisamos fuertemente para acelerar de 0 a 100 en una recta observaremos como en esos 300 o 400 metros que dura el trayecto, el vehículo ha podido consumir unos 16 ó 18 litros a los 100 (para un vehículo pequeño de gasoil), mientras que si lo hacemos de forma progresiva podemos reducirlo a menos de 10. En un principio puede parecer mucho, de hecho lo es, pero tenemos que tener en cuenta que lo que más gasta es la arrancada, donde pisamos mucho más el acelerador.

Según lo anterior, podemos deducir que haciendo los cambios de marcha de un modo más suave y eficiente podemos ahorrar una gran cantidad de combustible, una vez que hemos llegado a la velocidad crucero entra en juego el ir más o menos rápido, aquí lo que importa es también cuanto se pisa el acelerador y por ende, la velocidad a la que vamos, pero lo importante es el acelerador, obviamente, para ir a 140 hay que pisar más el acelerador que para ir a 100.

Como caso práctico os contaré unas pruebas que he realizado.

Tenemos un recorrido de 100 km de carretera convencional, tenemos que pasar 4 travesías en pueblos y esto nos toma poco menos de 8 km en total de modo que podemos decir que son 92 en carretera y 8 en ciudad. La velocidad está limitada a 120 en la carretera y 50 en las travesías.

He realizado 4 test:

1º Ir a 120 todo el tiempo que se podía (excepto las travesías) y una ventanilla bajada con el a/a apagado.

2º Ir a 120 todo el tiempo que se podía (excepto las travesías) y las ventanillas subidas con el a/a encendido.

3º Ir a 100 todo el tiempo que se podía (excepto las travesías) y una ventanilla bajada con el a/a apagado.

4º Ir a 100 todo el tiempo que se podía (excepto las travesías) y las ventanillas subidas con el a/a encendido.

Os pongo el gráfico de velocidad media, duración del trayecto y consumo.

Los que aquí pongo son datos reales comprobados en el ordenador de a bordo.

Por otro lado, en un trayecto distinto sin echar cuenta a como conduzco, si prestar atención al acelerador y el freno, he marcado una media de 5,7 litros a los 100 y en ese mismo trayecto utilizando un control del acelerador, he conseguido bajar el consumo a 4,2 litros, el trayecto fue de 217 km y en el segundo caso tardé 13 minutos más que en el primero con las mismas condiciones de tráfico. 3,25 litros de diferencia (4,23 euros) en un trayecto de 217 km en el que sólo he “perdido” 13 minutos. El secreto está en permanecer el máximo tiempo posible en la misma velocidad, cambiando de marcha cuando el coche lo necesitaba, teniendo en cuenta que subiendo una cuesta no siempre la marcha más larga hace que consumemos menos ya que para mantener la velocidad hay que presionar más el acelerador que si tenemos una marcha menor. Cuando estemos en ciudad, dejando el doble de la distancia de seguridad conseguimos dos objetivos, no chocar con el de delante y tener el espacio suficiente para detenernos con nuestro vehículo sin pisar el freno, si vamos reduciendo el consumo de gasolina o gasoil es 0 mientras que si pisamos el freno al final, sin reducir, todo el trayecto en el que no estamos reduciendo estará consumiendo combustible. Si dejamos el coche en punto muerto el consumo se sitúa entre los 0,9 y los 1,4 litros a los 100, no es mucho pero consumir 0 es mucho menos.

Con estos datos demostramos que podemos ahorrar ayudando al medio ambiente, mientras menos ayudemos a Gaia, más nos dolerá en el bolsillo,

Auda a Gaia, ayúdate