Hacía ya bastante tiempo que no posteaba sobre bonsáis y me apetecía hacerlo. El tema que voy a tratar es una Bouganvillae que tenía medio olvidada porque no se adecuaba mucho a lo que buscaba.
La Buganvilla en cuestión era un “palitroque” de unos 2,5 metros de altura y poco más de 1 cm de grosor, muy poco ramificada y que no ofrecía ningún atractivo para convertirla en bonsái.
Os muestro un par de fotos de cómo era:
Como podréis observar, al ser tan alta y no tener ni una sola rama decente… poco bonsái podríamos sacar de ahí.
Ante esta situación se me ocurrieron dos actuaciones posibles, la primera era cortar más o menos por la mitad y esperar a que ramificara más por la parte inferior, pasado un tiempo volvería a hacer lo mismo e ir viendo si con las sucesivas reducciones en altura conseguía algo decente. La otra opción es por la que me he decantado, he cogido la podadora cóncava y le he pegado un tajo a unos 12 cm de altura dejando una sola hoja como tirasabias, esto es lo que en un foro que frecuento se conoce como Shogunizar, por ser Shogun, uno de los miembros, uno de sus mayores defensores.
No conservo ninguna foto de cómo quedó porque no daba un duro por ella y pensé que no sobreviviría, gracias a Dios me equivoqué, intentaré tirar de Photoshop para que os hagáis una idea.
Como os decía antes, corte por completo a una altura aproximada de 12 cm, justo por encima de la primera hoja o rama que tenía, en este caso era una pequeña hoja. El motivo por el que corté justo por ahí es porque en algún sitio leí que si no se dejaba alguna hoja o rama, el flujo de sabia se retiraba al no tener que alimentar nada y la planta podría secar el tronco.
Tras el corte puse suficiente pasta selladora en el corte y tras una intensa poda de raíces dejando sólo las más pequeñas y sanas, trasplante a una maceta pequeña. En un principio pensé plantarla en una maceta grande de entrenamiento pero al final me decante por esta porque creo que intentaré hacer un bonsái estilo escoba de tamaño mame.
Os dejo las imágenes de cómo va evolucionando la pequeña buganvilla, ya tiene dos ramitas incipientes y tiene un par de yemas por el tronco, justo lo que se quería conseguir al podar tan abajo.
Los más entendidos en la materia observarán que ese tronco tiene poco encanto y que es muy fino pero lo que más me ha interesado del tema ha sido la experiencia de podar fuerte y conseguir ramificaciones inferiores. Es más fácil acometer estos proyectos primero así y cuando ya hayas adquirido cierta práctica y compruebes que eres capaz de sacarlos adelante, probar con otros árboles más valiosos o caros.