Las discográficas, en su afán por penalizar a todos los que ellos creen que son responsables de las caídas de ventas, han demandado a Pablo Soto, el creador de programas como Piolet o Blubster. (Por cierto, increíble que en
Las discográficas (Promusicae) lo han demandado por un montante de 13 millones de € “tirando por lo bajo”, según ellos. Le hacen responsable del descenso en las ventas alegando que fomenta la piratería musical con sus programas (parecidos a Napster) y que se lucre de ello al contener publicidad en sus webs y tener una versión de pago.
Sus abogados entre los que se encuentra el afamado David Bravo, argumentan que Pablo es el creador de una aplicación y que ésta, por si sola, no pude cometer delitos y que si en algún caso hubiera delito, los causantes serían los propios usuarios que usan esta herramienta de manera delictiva.
Yo pongo un simple ejemplo, la marca de cuchillos “La Bellota Feliz” ha creado un maravilloso cuchillo jamonero deluxe, ha conseguido una gran fama debido a su filo extremadamente cortante y es muy querido entre los gremios de cortadores de jamón y el de los ladrones. Se han producido miles de robos con este “arma” y por ello el gremio de joyeros quiere demandar a “La Bellota Feliz” por un valor de 13 millones de € al creer que dicha empresa ha creado un arma letal que está causando estragos entre los joyeros españoles, además se lucran de ello ya que en su empuñadura viene publicidad y hay una versión más afilada del cuchillo que es de pago.
¿Tiene esto sentido?
¿Quién es el delincuente, el que vende el cuchillo o el que lo usa para robar?
¿Quién es el delincuente, el que hace un programa o el que lo usa para robar?
«Sony BMG dedica grandes recursos a demandar a sus propios clientes por crear copias supuestamente ilegales de los títulos musicales que han comprado. Ahora, el propio gigante ha sido sorprendido robando a una pequeña empresa integrada por 6 desarrolladores.
Diario Ti: La compañía francesa de software PointDev sorprendió in fraganti a Sony usando una clave falsa para activar una versión pirateada de uno de sus programas. Un juez francés acogió luego un recurso presentado por PointDev contra Sony BMG, ordenando el allanamiento inmediato de sus oficinas.
Durante el allanamiento se confiscaron cuatro servidores, todos los cuales contenían copias pirateadas de los programas de PointDev.
En un comunicado de prensa distribuido por PointDev se recalca que su demanda contra Sony no gravita en torno al dinero, sino aborda un importante principio.
«Podríamos haber dedicado el tiempo al desarrollo»
“Cada semana, sin excepción, debemos dedicar tiempo a ver si existen claves pirateadas de nuestros productos en Internet. Somos una pequeña empresa con seis empleados. En lugar de destinar tiempo a protegernos podríamos haber usado ese tiempo y recursos a desarrollar software», escribe PointDev en su comunicado.
Sony BMG, por su parte, es una compañía de rango mundial, con decenas de miles de empleados. La compañía es propiedad del gigante electrónico japonés Sony y el gigante mediático alemán Bertelsmann.»